jueves, 31 de marzo de 2011

Red El Encuentro

La red es una construcción colectiva y cotidiana

Los Centros que integran nuestra red se encuentran en los barrios localizados en la periferia de los partidos de José C. Paz, Moreno, San Miguel, San Fernando y Malvinas Argentinas. Todos ellos con graves carencias o directamente ausencia de servicios esenciales como el agua corriente, gas, cloacas, pavimentos, teléfonos. El nivel de contaminación es muy alto por la basura que se acumula, las aguas servidas y las inundaciones. Los medios de transporte son malos y precarios; los servicios de salud son deficientes, tienen horarios y recursos muy limitados.

Las características más significativas de la población en el área formada por estos municipios son: alta proporción de niños y jóvenes; precariedad en la situación laboral caracterizada por altas tasas de desocupación, subocupación y sobreocupación y por el trabajo informal; bajos niveles de escolarización de la población adulta; grandes cantidades de jóvenes que quedan afuera del marcado laboral y de la escuela y altos niveles de pobreza con grandes proporciones de hogares con necesidades básicas insatisfechas, hogares bajo la línea de pobreza y bajo la línea de indigencia.

Integramos la red 19 centros, que están a cargo de unos 200 educadores comunitarios, y en los que participan aproximadamente 4000 chicos/as de 0 a 25 años. Los centros comunitarios que forman la red surgen por iniciativa de la propia comunidad, acompañados por un grupo externo al barrio, a veces de alguna iglesia; siempre para responder a una necesidad del barrio respecto a los chicos. Los 7 centros fundadores de la red nacen por la necesidad del cuidado de los niños durante la jornada laboral de los padres o para contener a los chicos de familias en situaciones de grave riesgo social. A partir de la crisis desatada en el año 1989 el problema central es la alimentación, entonces los centros que se van sumando a la red son comedores, algunos vienen de las ollas populares.

Estimulados por el trabajo conjunto como red y la capacitación permanente, todos los centros han incorporado actividades de estimulación y recreación con los chicos. Una nueva modalidad de estos últimos años son los centros culturales, cuya misión es trabajar en la valoración y fortalecimiento de nuestra cultura desde una propuesta de talleres. Estos centros debieron incorporar la atención alimentaría debido a la crisis del año 2001.

Cada centro va desarrollando un perfil y una propuesta de trabajo con lo pibes que responde a las necesidades que se plantea esa comunidad, a las posibilidades de ese grupo y a las exigencias cambiantes del contexto. En todos los casos está previsto incluir aquellas familias más castigadas por la pobreza y la exclusión.

Los centros conformamos una red, es decir que si bien cada centro mantiene un funcionamiento autónomo, hemos ido gestando una instancia organizativa diferente que es la red. Ésta nos ha permitido realizar gestiones comunes con diversos objetivos; generar estrategias de negociación con el estado y con el sector privado; establecer un espacio de capacitación más o menos continuo, desarrollar un espacio de reflexión común y el acompañamiento a cada uno de los centros.

Desde el principio nos han guiado algunas ideas que orientan nuestra tarea:

- El aporte de cada uno es esencial para que sea democrática y que nos represente.
- Animarnos a perder un poquito la individualidad para generar una nueva identidad que tenga significado para todos.
- Aprender a esperar a otros; acompañar procesos más lentos; comprender limitaciones; reconocer y defender lo que es nuestro.
- Aprender a disentir; a enojarnos cuando hace falta; ser transparentes en el rol que ocupemos; a perder oportunidades cuando es necesario; a apurarse para no perderlas,
- Ser muy conscientes de nuestra responsabilidad ante los chicos, ante la comunidad, ante el estado, ante todos los que nos ayudan y ante nosotros mismos.
- Nuestras prácticas son políticas, no son partidarias.